Diferencia entre amor y pasión según la Biblia
En la Biblia, se habla muy claramente de la diferencia entre amor y pasión, y cómo una de ellas es una virtud divina, mientras que la otra es un sentimiento desenfrenado y egoísta. A continuación, veremos las diferencias más importantes entre el amor y la pasión, y cómo podemos aplicar estas enseñanzas a nuestras relaciones.
El amor según la Biblia
Según la Primera Carta de San Pablo a los Corintios, el amor es la virtud divina que debemos cultivar en nuestras relaciones. Este tipo de amor se manifiesta en el servicio y la entrega desinteresada hacia los demás, y no busca la satisfacción personal, sino el bienestar de los demás. El amor es paciente y amable, no envidia ni presume, no se jacta ni es orgulloso, no es egoísta ni se irrita fácilmente, no guarda rencor ni se regocija en la injusticia, sino que se alegra con la verdad y todo lo tolera.
El amor es una virtud divina que nos lleva a amar incondicionalmente, y a buscar el bienestar de los demás antes que el nuestro. Es importante tener en cuenta que el amor no es un sentimiento pasajero, sino una decisión que tomamos todos los días, y que debemos cultivar en todas nuestras relaciones.
La pasión según la Biblia
En contraposición al amor, la pasión es un sentimiento desenfrenado y egoísta que busca solo la satisfacción personal. Aunque en la Biblia no se habla específicamente de la pasión, podemos ver en muchos ejemplos cómo la pasión puede llevar a la obsesión por alguien, y a comportamientos destructivos y poco saludables.
La pasión también puede llevar a la adicción, y a perder nuestros valores y principios éticos. La pasión no es una virtud divina, sino un sentimiento que debemos controlar, y no dejar que nos controle a nosotros.
La diferencia en la práctica
Para entender mejor la diferencia entre el amor y la pasión, podemos ver un ejemplo. Supongamos que estamos en una relación con alguien, y nos damos cuenta de que hemos comenzado a sentir una fuerte atracción por otra persona.
Si seguimos la pasión, nos dejaremos llevar por nuestros sentimientos, y buscaremos satisfacer nuestros deseos, sin importar el bienestar de nuestra pareja o de la otra persona. Si seguimos el amor, seremos pacientes y amables, y buscaremos el bienestar de todos los involucrados, sin dejar de lado nuestros valores y principios éticos.
La Biblia nos enseña que el amor es una virtud divina que debemos cultivar en todas nuestras relaciones, mientras que la pasión es un sentimiento que debemos controlar, para no perder nuestros valores y principios éticos. Recordemos siempre que el amor es paciente y amable, y busca el bienestar de los demás antes que el nuestro. Si seguimos estos consejos, podremos tener relaciones más saludables y duraderas.
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