Diferencia entre guía y protocolo
¿Qué es una guía?
En el ámbito de la planificación y organización de un proceso, una guía es una herramienta que se utiliza para orientar o indicar los pasos que se deben seguir. Esta herramienta deja cierto margen a la interpretación y la creatividad por parte del usuario. En otras palabras, se establecen unas pautas que deben seguirse, pero el usuario tiene cierta libertad para llevar a cabo esas pautas.
Por ejemplo, una guía podría ser un conjunto de pautas para escribir un ensayo, en las que se indican los elementos que debe contener y la forma en que se deben organizar, pero se deja libertad al escritor para elegir el tema y el estilo.
- La guía orienta o indica los pasos que se deben seguir
- Se establecen pautas a seguir
- Deja cierto margen a la interpretación y creatividad del usuario
¿Qué es un protocolo?
Un protocolo es un conjunto de normas o reglas que se deben seguir de manera precisa y rigurosa. Este conjunto de normas deja muy poco margen a la creatividad o la interpretación del usuario. En otras palabras, se establecen unas reglas rígidas que deben ser seguidas de manera precisa.
Un ejemplo de protocolo sería el código de vestimenta para una ceremonia formal, en el que se establecen los colores y modelos de la ropa que los asistentes deben llevar.
- El protocolo establece un conjunto de normas o reglas
- Se deben seguir de manera precisa y rigurosa
- Deja muy poco margen a la creatividad o la interpretación del usuario
La principal diferencia entre guía y protocolo radica en el grado de libertad y de rigurosidad que implican. Una guía se utiliza cuando se busca estimular la creatividad y la improvisación, mientras que un protocolo se aplica cuando se requiere un alto nivel de formalidad y precisión.
Es importante que, a la hora de elegir entre una guía o un protocolo, se tenga en cuenta cuál será el objetivo y el contexto en el que se utilizarán. Cada herramienta tiene su utilidad y es importante saber cuándo utilizar una u otra.
Recuerda que las guías son útiles cuando se trata de proyectos donde se requiere cierto grado de creatividad, innovación y libertad de pensamiento. Por otro lado, los protocolos son ideales para situaciones que requieren un alto nivel de formalidad, regulación y precisión.
Cuando se utilizan correctamente, cualquier herramienta puede ser muy efectiva para alcanzar los objetivos y metas que se tienen. Todo dependerá del manejo que se le dé y la forma en que se aplique.
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